En septiembre de 2013, los primos Javier Urretz Zavalía y Agustín Pagano, se plantearon qué era realmente lo que querían hacer con sus vidas. Apasionados por el snowboard, decidieron probar con la idea de hacer tablas personalizadas.
Fue así como fundaron “Pipo”. Poco después se unió el cuñado de Javier, Franco Ferraro.
Los tres decidieron volcarse full-time al emprendimiento, instalándose en la Fundación Incubadora de Empresas y renunciando a sus respectivos trabajos del momento.
El equipo funciona de la siguiente manera: Javier, instructor de snowboard, se ocupa del marketing de la empresa, mientras que Agustín, licenciado en Ingeniería, hace las tablas y Franco, licenciado en Administración de Empresas, se ocupa de lo administrativo y financiero.
“Entrevistamos clientes vía Skype, consultamos qué quieren y sugerimos las tablas que necesitan”, explican los integrantes de Pipo. “Este trabajo es la excusa perfecta para estar en contacto con el esquí y el snowboard”, dice Javier.
Pipo cuenta hoy con cuatro clientes fijos y, de acuerdo a los miembros del equipo, aspira a posicionarse en Latinoamérica como el principal referente dentro del área de los deportes de nieve. ¡Celebramos que las personas luchen por los objetivos y metas que los hacen felices!
Fuente: La Voz.