Un grupo de arqueólogos egipcio descubrió los restos de un templo grecorromano a 500 kilómetros al oeste de El Cairo. La construcción data de entre los siglos II a.C. y III de nuestra era, según el Ministerio de Antigüedades egipcio.
Hasta ahora han logrado desenterrar la parte delantera del templo, algo que ha revelado un muro exterior de piedra y la entrada principal, de un metro de espesor. También descubrieron un patio interior con habitaciones hacia ambos lados.
El descubrimiento, que ha tenido lugar en el yacimiento arqueológico de Salam, cerca del oasis de Siwa, es extraño, dado que son poquísimas las construcciones de estos siglos que se conservan hasta el día de hoy. El de Salam es uno de los yacimientos que se encuentran más aislados de Egipto.
Ayman Ashmawy, jefe del Departamento de Antigüedades de Egipto, señala que el diseño del templo tiene influencias tanto de la arquitectura propiamente egipcia como de los estilos griego y romano, cuyo imperio dominaba Egipto en aquel entonces. Los arqueólogos han hallado fragmentos de arcilla, monedas y una escultura de inspiración griega de la cabeza de un hombre. También han descubierto dos leones de piedra caliza, a uno de los cuales le falta la cabeza. Actualmente se sabe que estos templos se empleaban como lugares de intercambio y socialización, y también para eventos religiosos. Además, eran el hogar de los sacerdotes.
“Lo impresionante es que no todos los días oyes hablar de nuevos templos descubiertos en Egipto“, afirma Sarah Parcak, arqueóloga espacial y exploradora de National Geographic. “Va a arrojar más luz sobre la historia del oasis de Siwa”. El oasis de Siwa, ubicado en el interior del desierto occidental de Egipto, es remoto. Es famoso porque, supuestamente, Alejandro Magno visitó allí a un oráculo que le dijo que era el rey divino de Egipto.
Fuente: Atlantida Travel, Sputnik.
Fuente Foto: Atlantida Travel, National Geographic.